jueves, 21 de noviembre de 2013

Una buena alimentación es el primer paso para empezar a construir una vida saludable. El consumo de frutas y verduras es un factor protector que previene enfermedades crónicas, por lo tanto, contribuyen a una salud tanto física como mental mejorando la relación con uno mismo y con los demás. Según Jacoby y Keller (2006), diferentes investigaciones han expresado que el consumo de frutas y verduras se relaciona con una menor predisposición de desarrollar cáncer. El efecto podría alcanzar una disminución del 35% en todos los cánceres. 

Además del consumo de frutas y verduras, una buena alimentación se compone de vitaminas, proteínas y minerales. Es importante consumir todos los nutrientes de la cadena alimenticia y mantener una alimentación saludable. Adicionalmente, la adolescencia es un período en el cual el cuerpo crece y surgen cambios referentes a aspectos psicológicos y emocionales. Una buena alimentación es clave para un desarrollo positivo de cada uno de los factores nombrados anteriormente.

Entre los 12 y los 29 años, los jóvenes viven diversos cambios a nivel corporal, emocional y psicológico. También es un período de preparación y construcción de la vida adulta del que poco a poco empiezan a ser parte. El entorno sociocultural y el desarrollo psicobiológico no se encuentran exentos de influir en la salud-enfermedad y en las formas cómo viven los adolescentes y jóvenes. El medio en el cual se desenvuelven y el desarrollo psicobiológico pueden ser factores protectores para la promoción de la salud o factores de riesgo que pueden generar enfermedad. (Hernán, Fernández & Ramos, 2004). Por consiguiente, una alimentación óptima aporta en un desarrollo psicobiológico positivo y un entorno que promueva una alimentación sana rica en nutrientes también es un factor protector.

De esta manera, para una salud física y mental óptima es necesario mantener una buena alimentación durante todo el desarrollo desde el nacimiento. Durante el crecimiento de los niños existen variados componentes cognitivos y psicoafectivos que madurar de acuerdo a la edad. Al llegar a la adolescencia, en la cual las funciones ejecutivas se desarrollan, los chicos y chicas se conocen a sí mismos, además es un momento preparatorio para la vida adulta que requiere de responsabilidad y cuidado, se hace muy relevante estilos de vida sanos.

Referencias
Hernán, M., Fernández, A., & Ramos, M. (2004). La salud de los jóvenes. Gac Sanit, 18, (1), 47-55.
Jacoby,  E., & Keller, I. (2006). La promoción del consumo de frutas y verduras en américa latina: buena oportunidad de acción intersectorial por una alimentación saludable. Revista Chilena de Nutrición, 33, (1).



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